lunes, 15 de febrero de 2010

Analisis, Semiologia y Semiotica

Análisis

El análisis de contenido es el conjunto de procedimientos interpretativos de productos comunicativos como mensajes, textos o discursos, que proceden de procesos singulares de comunicación previamente registrados, basados en técnicas de medida, a veces cuantitativas o cualitativas tienen por objeto elaborar y procesar datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior.
El análisis, se convirtió a finales del siglo XX en una de las técnicas de uso más frecuente en muchas ciencias sociales, adquiriendo una relevancia desconocida en el pasado a medida que se introdujeron procedimientos informáticos en el tratamiento de los datos.
Pero una tal suposición, semejante, de hecho, a la acostumbrada cuando los análisis químicos y biológicos exploran componentes de la materia y facilitan diagnósticos, lleva a una visión falsa. El análisis de contenido, aplicado a “continentes” materiales, busca fuera, no dentro, pues las dimensiones de los datos extraídos del análisis sólo existen fuera de los “continentes”, es decir, en la mente de los sujetos productores o usuarios de los mensajes, textos, discursos, o documentos que se analizan, es decir, en la mente de los participantes de los procesos singulares de comunicación en los que se han producido los documentos analizados.
Sin embargo, el análisis debe perseguir otro objetivo que el de lograr la emergencia de aquel sentido latente que procede de las prácticas sociales y cognitivas que instrumentalmente recurren a la comunicación para facilitar la interacción que subyace a los actos comunicativos concretos y subtiende la superficie material del texto. No obstante se convierte en una empresa de des-ocultación o revelación de la expresión, donde ante todo interesa indagar sobre lo escondido, lo latente, lo no aparente, lo potencial, lo inédito de todo mensaje. Pero esta nueva perspectiva no sólo amplía el campo de estudio del análisis de contenido hacia la dimensión no manifiesta del texto cuanto que, dada su complejidad, exige introducir nuevas variables en el análisis a fin de que el texto cobre el sentido requerido para el analista.
Esto sólo es posible si tal texto se abre –teóricamente hablando– a las condiciones contextuales del producto comunicativo, al proceso de comunicación en el que se inscribe, y por tanto a las circunstancias psicológicas, sociales, culturales e históricas de producción y de recepción de las expresiones comunicativas con que aparece.

La semiología

Es el estudio de signos, su estructura y la relación entre el significante y el concepto de significado. Los alcances de la semiótica, de la misma manera que su relación con otras ciencias y ramas del conocimiento, son en extremo amplios.
Existen varias clases de signos, como el signo lingüístico o el signo clínico, cuyos pormenores se pueden consultar en el artículo correspondiente, o a través del signo.
Ferdinand de Saussure define al signo "como la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social". Actualmente, no hay consenso, ni autor que se atribuya o tome la iniciativa de plasmarla en algún manual. Se propone que la semiología sea el continente de todos los estudios derivados del análisis de los signos, sean estos lingüísticos o semióticos.

Semiótica

Es la ciencia que trata de los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas.
El americano Peirce, considerado el creador de la semiótica, concibe igualmente una teoría general de los signos que llama semiótica. Ambos nombres basados en el griego "Semenion" que significa signo, se emplean hoy como prácticamente sinónimos.

En la semiótica se dan corrientes muy diversas y a veces muy dispares por lo que más que una ciencia puede considerarse un conjunto de aportaciones por la ausencia del signo y el análisis del funcionamiento de códigos completos.

El concepto de signo y sus implicaciones filosóficas, la naturaleza y clases de signos, el análisis de códigos completos, que son objetos de estudio de la semiótica o semiología.

Objetos, imágenes, comportamientos, pueden en efecto significar pero nunca de un modo autónomo. Todo sistema semiológico tiene que ver con el lenguaje. Parece cada vez más difícil concebir un sistema de imágenes u objetos cuyos significados puedan existir fuera del lenguaje: Para percibir lo que una sustancia significa necesariamente hay que recurrir al trabajo de articulación llevado a cabo por la lengua. Así el semiólogo, aunque en un principio trabaje sobre sustancias no lingüísticas, encontrará antes o después el lenguaje en su camino. No solo a guisa de modelo sino también a título de componente de elemento mediador o de significado. Hay pues que admitir la posibilidad de invertir la afirmación de Saussure: La lingüística no es una parte, aunque sea privilegiada, de la semiología, sino, por el contrario, la semiología es una parte de la lingüística

Esta definición presenta el inconveniente de transferir al término "signo" la mayor parte de los interrogantes. Además observamos que los problemas ligados a la definición implican la definición misma, hecho que marca fehacientemente las dificultades de la empresa al tiempo que subraya su interés.

Este interrogante remite inevitablemente al objeto de la semiótica, en consecuencia, a la unificación de las problemáticas de la significación y, correlativamente, a la constitución de una comunidad científica capaz de instituir y de garantizar la validez de estas problemáticas. Esto muestra que el acceso a la semiótica es, en principio, complejo pues se sitúa necesariamente en la interfaz de un gran número de campos del saber, filosofía, fenomenología, psicología, etnología, antropología, sociología, epistemología, lingüística, teorías de la percepción, neurociencias.
La tarea histórica de la semiótica podría ser la de hacer cooperar esos saberes, institucionalmente separados, para producir un saber nuevo, un saber, en cierto modo, de segundo grado.

Análisis de Contenido de la obra “El Túnel” de Ernesto Sábato

Capítulo I: Juan Pablo Castel hace una pequeña presentación de su persona donde menciona ser el autor del crimen de María Iribarne, hace hincapié en la memoria colectiva, dice que el no cree en eso y que no sabe lo que realmente recuerde la gente sobre su crimen, piensa que quizás y ya se ha olvidado.

Capítulo II: Hace una pequeña introducción a su historia de la muerte de María Iribarne e irónicamente pide que aunque sea uno de sus lectores lo entienda, contando que una sola persona lo entendió y esa fue precisamente la mujer que mató.

Capítulo III: Castel cuenta como conoció a María, dice que fue en una exposición de pintura en el que él expone, le llama la atención una muchacha que mira fijamente una ventanita con una mujer frente al mar que aparece en uno de sus cuadros, al notar tal detalle.

Capítulo IV: Castel se obsesiona con la chica y la busca por toda la ciudad. En su búsqueda el pintor fantasea con todas las posibilidades que tiene para conocerla y abordarla en la calle, a la vez que hace una serie de reflexiones que muestran su postura ante la pintura y las exposiciones a las que prefiere no ir.

Capítulo V: Juan Pablo Castel encuentra a María en la calle y la sigue hasta su trabajo, entra al edificio detrás de ella y le pregunta por cualquier cosa, María lo reconoce y se sonroja.

Capítulo VI al VII: Castel le hace ver que la ha estado buscando que tienen que hablar de la "ventana" de su cuadro, lo que María parece no entender y él sale corriendo. María lo alcanza y se disculpa diciéndole que lo tiene muy presente y se va. Castel no deja de pensar en ella y decide buscarla otra vez.

Capítulo XIX al XII: Al día siguiente Castel va al mismo lugar a esperar que María pase y la lleva del brazo a un parque cerca de ahí. El pintor le confiesa a María que no deja de pensar en ella y que la necesita, le pide que nunca se separe de él. Le pide que hablen del cuadro de la ventana y María le dice que le parecía un mensaje de desesperanza y le dice que nada ganará con verla porque le hace daño a todos los que se le acercan. Más tarde Castel la llama por teléfono y no alcanza a entender la misteriosa voz de María que finalmente le dice que tiene que colgar. Juan Pablo le dice que la llamará al día siguiente. Agitado por la llamada Castel no puede dormir y se va a un café, muy temprano habla a casa de María y la mucama le dice que se fue al campo pero había dejado una carta para él. Al llegar a casa de María lo recibe un hombre ciego que le entrega la carta y se presenta como Allende, esposo de María, sorprendido Castel abre la carta que únicamente dice: "Yo también pienso en usted". Allende cuenta a Castel de la estancia en donde se encuentra María y de Hunter su primo, quien está al frente del lugar.

Capítulo XXI al XXV: Abrumado por el desgaste de la relación Castel se pierde en la bebida y sueña que un hombre lo convierte en pájaro. Al levantarse llama a casa de María y se entera que se fue a la estancia y le manda una carta pidiéndole perdón. Días después recibe respuesta de María invitándolo unos días a la estancia. Al llegar a la estación, un chofer recoge a Juan Pablo argumentando cierta indisposición de María. En la estancia es recibido por Hunter y una amiga que lo cuestiona sobre pintura. Los amigos conversan mientras Castel se pregunta sobre los motives de María para no salir de su habitación.

Capítulo XXVI al XXVIII: Finalmente aparece María y se van a caminar por la playa con el pretexto de ver unos dibujos de Castel. Estuvieron en silencio frente al mar y María le confesó lo conmovida que estaba con el cuadro de la ventana y de cómo deseaba conocerlo. Al regresar a la casa, Hunter estaba muy agitado y al parecer celoso, eso hizo entender a Castel la relación que había entre ellos, se retiró a su habitación y escuchó que discutían. Al día siguiente muy temprano decide marcharse.

Capítulo XXIX al XXXIII: Castel confundido y decepcionado por la situación con María bebe incansablemente, se pelea en los bares y maltrata prostitutas. Le envía una carta a María en donde le explica su salida repentina de la estancia y agradece sus atenciones pero él no cree en ella porque no entiende como puede hablarle de amor a él y a su marido y al mismo tiempo acostarse con Hunter y así se lo hace ver. Va al correo a depositar la carta y minutos después se arrepiente, trata inútilmente de recuperarla pero en la oficina postal no se lo permiten. Castel llama a María a la estancia para pedirle que venga a verlo o si no se matará, María le hace ver que no tiene caso verse de nuevo que sólo se lastimarán más pero ante la amenaza de suicidio acepta. Castel sigue cuestionándose la relación entre Hunter y María y va a buscar a Lartigue un amigo cercano a Hunter para preguntarle desde cuándo mantienen relaciones María y su primo, ante la negativa de Lartigue y su nerviosismo, Castel sólo confirma sus sospechas. Llama a casa de María que ya está en Buenos Aires y acuerdan verse al día siguiente a las cinco de la tarde.

Capítulo XXXIV al XXIX:
María no llega a la cita y al llamarla a su casa, Juan Pablo se entera de que se regresó temprano a la estancia. Castel le pide un coche a un amigo porque según él su padre está muy enfermo. Castel se encuentra afuera de la estancia y recuerda los momentos felices con María y la sueña niña corriendo en un caballo con su cabello al viento: … en todo caso había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Comprende que siempre ha existido un muro de vidrio que separa a María de él. Después de la espera, Castel ve a través de la ventana de la casa, que ellos bajan las escaleras y se van del brazo a dar un paseo por el parque, al volver a casa, Castel se siente morir al notar que sólo se enciende una luz, la de la habitación central, y más tarde la de la habitación de María. Juan Pablo con un cuchillo en mano, sube por el balcón y aparece frente a la ventana de María quien le pregunta sobre lo que va a hacer, Castel responde que tiene que matarla porque lo ha dejado solo y la mata. Sale de la casa y muy temprano llama a casa de María y le dice a Allende que tiene que verlo. En la cita, Castel le confiesa a Allende sus sospechas de infidelidades de María e incluso le hace ver que lo engañaba con él mismo. Inútilmente Allende persigue a Castel y le grita "insensato". Castel se entrega a las autoridades y se entera que Allende se ha suicidado

Tema central de la novela

El tema central de la novela es el amor obsesivo de Juan Pablo Castel hacia María y los celos por falta de comunicación que lo llevaron a perder los estribos tanto así que lo llevó al borde de la locura al cometer un crimen.

Personajes que participan en la novela
Personajes Principales:
Juan Pablo Castel: era un hombre tímido, según él decía al principio de la obra. Era un tipo que lo examinaba todo, todo lo planeaba, todo lo pensaba hasta llegar a una conclusión. Era un poco desconfiado, con emociones descontroladas, etc.
María: era una persona manipuladora, le gustaba engañar a los hombres, como si le gustara lastimarlos y disfrutara de esto. Era una persona difícil de entender, difícil de conocerla a fondo y penetrar en su corazón, que parecía de piedra.
Allende: Allende quien es el marido de María, es un personaje secundario que parece confiar y querer a María. Físicamente es alto, flaco y ciego.

Personajes secundarios:
Hunter: Hunter es el Primo del esposo de María y aparentemente su amante también. Es una persona superficial y trivial.
Mimi: es una persona que tiene cierta ascendencia francesa, lo cual ella utiliza para poder justificar su forma de ser, pedante, siempre esta pronunciando las palabras en su idioma original.
Richard: Muy amigo de María, quien se suicidó. Solía ahogarse en un vaso de agua. Tenía muchos problemas y a veces no encontraba la salida.

El Punto de vista del narrador

La novela está escrita en primera persona y es narrada con la intención de que alguien pueda entenderla aunque es difícil porque hay momentos en que uno llega a perderse, ya que el autor empieza a escribir algo y de un momento a otro se acuerda de más y más cosas que no tiene que ver directamente con lo que escribe pero lo escribe para poder detallar más su situación.

Tiempo transcurrieron las acciones.

En la novela se muestra un tiempo cronológico y no se puede determinar en qué momento exacto transcurren las acciones. Suele existir minutos, horas y meses.
Recursos literarios.
Símil
1-"…pero esos momentos de ternura se fueron haciendo mas raros y cortos, como inestables momentos de sol en un cielo cada vez mas tempestuoso y sombrío…" Cáp. 17
2-"…cuando ella me vio, se detuvo como si de pronto se hubiera convertido en piedra…" Cáp. 9
Epíteto
1-"…el cielo, tormentoso…" Cáp. 27
2-"…entre los árboles agitados…" Cáp. 38
Asíndeton
1-"…desprecio a los hombres, los veo sucios, feos, incapaces, ávidos, groseros, mezquinos…" Cáp. 21
2-"…nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren…" Cáp. 9
Paradoja
1-"…sentí que eras como yo y que también buscabas ciegamente a alguien…" Cáp. 27
2-"…su rostro de cadáver logro sonreírme…" Cáp. 2
Polisíndeton
1-"…yo, tan entupido, tan ciego, tan egoísta, tan cruel…" Cáp. 15
2-"…esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad…" Cáp. 36
Hipérbole
1-"…pero este sol era un sol negro, un sol nocturno…" Cáp. 15
2-"…el mar se había ido transformando en un oscuro monstruo…" Cáp. 27
Personificación
1-"…los caminos me fueron trayendo recuerdos de otros mundos…" Cáp. 15
Metáfora
1-"…mi propio tiempo fue una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un rió oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil…" Cáp. 36
Lenguaje en la obra
En ésta obra es empleado un tipo de lenguaje natural, es decir, que a pesar de tener un hablar familiar, éste presenta una corrección en la significación de las palabras, es decir; común, simple pero correcto.

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